CD-ROM / DVD
Un mundo de colores
Los primeros discos de CD fueron creados por Phillips, con la intención
de obtener un soporte audio más compacto y de mayor calidad. Su especificación
se conoce como Libro Rojo, debido a que éste era el color del libro en el que
fue publicado. Estos discos tienen una única pista dividida en bloques de datos
de 235 bytes, los cuales son leídos a un ratio de 75 bloques por segundo, con
dos niveles de corrección de errores.
La especificación del formato CD-ROM para PC creada en 1984 y también
conocida como Libro Amarillo, añade un nivel adicional de corrección de errores
al estándar anterior.
Cada bloque de información incluye al principio del mismo una cabecera o
bloque extra de datos. Esta especificación se divide en dos partes o modos. El
modo 1 incluye ECC (Código de corrección de errores), el cual requiere 280
bytes, con los cuales el bloque de datos consta de 2.048 bytes. En modo 2 no se
incluye ECC, con lo que el bloque de datos llega hasta los 2.336 bytes.
En 1985 la organización ISO (Organización de Estandartes
Internacionales) creó el comité 660 en Hohg Sierra (Estados Unidos). De allí
nació la norma High Sierra o ISO 9660, un sistema que no depende de la
plataforma de trabajo (puede ser utilizada indistintamente en PC´s, Macintosh e
incluso Workstation) y que se basa en la jerarquía de ficheros del DOS, es
decir, los nombres de archivos constan de 8 caracteres más 3 de extensión.
Junto a ésta nos encontramos con la norma HFS de Apple (con un ámbito de aplicación
más restringido) que trata los ficheros en la forma usual de los Mac (ventanas,
iconos y demás).
Actualmente se está trabajando en una nueva estructura de
ficheros, ECMA 168, capaz de aprovechar al máximo las posibilidades de cada
sistema operativo.
El Cd-Rom un circulo lleno de información
El Cd-Rom es un disco en el cual cabe una gran masa de información,
siempre y cuando lo comparemos con los anteriores dispositivos de
almacenamiento que aún existen en el mercado, dejando aparte los Discos Duros.
A principios de 1984 hacen su aparición en el mercado, estos tenían un
coste altísimo y no estaba a las manos de cualquiera, aunque poco a poco se han
ido estandarizado a lo largo del tiempo hasta llegar a nuestras fechas, el cual
ya es un dispositivo de almacenamiento de información más común.
Creación de un CD-Rom.
Su creación está compuesta por tres fases:
1ª Fase: Atmósfera
Estos se fabrican en una atmósfera totalmente exenta de polvo y en
condiciones estables de temperatura. Dicho proceso comienza con una fase de premastering, en
la que se recuperan los datos entregados por el cliente y se pasan a la norma
ISO 9660. A continuación viene la fase de mastering propiamente
dicha, en la que un láser graba los datos en el glass master, un
disco de cristal de 24 centímetros de diámetro y 6 milímetros de espesor,
recubierto de una capa d resina fotosensible de un espesor de 0,12 micras.
La grabación se efectúa comenzando en el centro del disco hacia el
exterior, por último, se deposita una fina capa de plata por metalización en
vacío.
Seguidamente tiene lugar la fase de galvano en la que, mediante
electrólisis, se deposita una capa de Níquel de 300 micras en el glass master.
Después, la capa de Níquel se separa del substrato de vidrio, recuperándose así
el negativo del CD a prensar. Una nueva fase de electrólisis permite obtener
otras matrices que sean utilizadas en al fase del prensado.
2ª Fase: Prensado de la Copia
El prensado consiste en la obtención de las diferentes copias que
compondrán la serie. El Cd-Rom es de policarbonato, material plástica idéntica
a la que compone el Cd de audio.
La resina de policarbonato en fusión es
inyectada entre la matriz y una pieza perfectamente plana dentro de un molde. A
continuación, por evaporación, se deposita sobre el CD una capa de aluminio de
0,05 micras para hacerlo perfectamente reflectante. Después se baña por
centrifugación de un barniz especial, protegiendo así el Cd-Rom de las
agresiones externas.
El proceso finaliza con el serigrafiado del disco, el empaquetado
automático en estuche junto con el libreto y, por último, su introducción en el
envoltorio de celofán.
3ª Fase: Control de Calidad
Para garantizar la máxima calidad de acabado, es recomendable llevar a
cabo controles exhaustivos en las distintas fases de fabricación. De este modo,
en la etapa de mastering se debían controlar los procesos de preparación del
substrato, grabación (analizando el perfecto traslado de la información
numérica al láser), control automático de todas las señales eléctricas y
control de coherencia.
Durante la fase de galvano hay que realizar controles numéricos de las
matrices, además del control físico de estas, así como su espesor, su rugosidad
ya la excentricidad del agujero central. Por último, en el proceso de prensado
se deberían realizar controles de recogida sobre el policarbonato y la
geometría de los discos, además de comprobar íntegramente todas las señales
numéricas del primer ejemplar prensado, comparándolo con ficheros CD-WORM
previamente creados.
Analizando los Cd-Rom
Una vez visto como se crea el cd-rom, hay que diferenciar bien entre los
distintos dispositivos de cd-rom que existen en el mercado, como pueden ser:
- Lectores CD-Rom
- Grabadoras
Cd-Rom
- Re-grabadoras
Cd-Rom
- Dvd-Rom- Dvd-Ram
Lectores de CD-Rom
De los diferentes lectores de Cd-Rom que componen la oferta del mercado,
son mayoría los que se encuentran con un caddy. Las razones que
mueven a un fabricante a optar por un diseño más simple (de bandeja) son, como
casi siempre, de índole económica: se trata de reducir costes para afinar el
precio final.
Ahora bien, lo que para el usuario puede ser una ventaja se suele convertir
a la larga un arma de doble filo. Y es que los lectores de Cd-Rom son
extremadamente sensibles al polvo. Un detalle que nos suele pasar inadvertido
cuando escuchamos discos de audio en la cadena de nuestro salón y que, sin
embargo, causa errores al tratar de acceder a un programa.
Y lo curioso es que no basta con limpiar cuidadosamente los discos antes
de meterlos en el lector. Las motas de polvo pueden llegar impulsadas por la
corriente de aire creada por el ventilador interno del Pc. Ante este enemigo el
caddy (una pequeña caja de plástico en la que se introduce el disco),
constituye una defensa eficaz.
Para que la información fluya entre el CD-Rom y el ordenador no basta
simplemente con conectar un cable, sino que se necesita además una interfaz y
una controladora. El ordenador envía su petición al interfaz, que a su vez se
lo pasa a la controladora, quien se encarga de recuperar la información
solicitada y se le envía al ordenador vía la interfaz.
En el mercado actual podemos encontrarnos con controladoras IDE y SCSI,
las primeras suelen ser utilizadas en discos pequeños o de tamaño medio y
cuentan con la ventaja de su simplicidad y su económico precio. Por su parte,
las controladoras SCSI permiten el manejo de varios dispositivos, incluyendo
discos de gran capacidad, y suelen ser más rápidas.
La mayoría de las unidades de CD-ROM en particular las de alta
velocidad, se construyen con interfaces SCSI, pues son fáciles de configurar y
ofrecen altos índices de transferencia. La primera implantación del estándar,
el SCSI-1 de 8 bits, fue presentada en 1986, tras cuatro años de discusión.
Permite conectar hasta 8 dispositivos, (uno de los cuales es el propio PC),
cada uno con su propio identificador.
En 1992 se aprobaron varios estándares SCSI-2. Estos ofrecen mejor
compatibilidad, aunque en la versión normal de 8 bits no aportan ventaja
significativas sobre el diseño previo. El Fast-SCSI-2 dobla la velocidad de
transferencia, llegando hasta lo 2ç10 mbytes por segundo, pero sigue siendo de
8 bits.
Junto a éste aparecieron dos SCSI <anchos> de 16 y 32 bits
respectivamente, el primero de los cuales alcanzaba los 20 Mbytes por segundo y
permitía la conexión de hasta 15 dispositivos al PC. Por su parte, el
Fast-SCSI-2 de 32 bits dobla de nuevo la velocidad de transferencia y permite
dispositivos.
Estándares CD
Todas las normas que rigen el funcionamiento y sistemas de producción y
homogeneización de los CDs se recogen en los llamados Rainbow Books, que son el
Red Book, Yellow Book, Green Book, Orange Book, White Book y Blue Book. Los
nombres de estos libros se deben al color de la lente láser instalada en la
unidad.
Red Book
El Red Book define el standard de los CD-DA, la aplicación original del
CD, que guarda información auditiva en formato digital. Este libro se refiere a
la norma ISO 10149.
En un CD de audio se leen 75 sectores por segundo. Cada sector contiene
3234 Bytes, 2352 de los cuales se pueden utilizar para el almacenamiento de
música, utilizándose el resto para reconocimiento y corrección de errores. Por
lo tanto, cada segundo se leen 176400 Bytes. Este número se hará fundamental en
los CD-ROM: es el ratio de transmisión de datos.
En la transición desde los discos de vinilo al CD-DA se llevó a cabo el
cambio del formato analógico de las señales auditivas a formato digital. El
proceso de digitalización de señales sonoras analógicas se denominó PCM (Pulse
Code Modulation), y consiste en dar a cada diferencia de tensión de la señal
analógica un valor discreto, medible en una escala ordinal, de manera que le
almacene en el CD únicamente el valor discreto asignado.
Yellow Book
El Yellow Book, aparecido en 1984, define los estándares de formato de
información para discos CD-ROM, e incluye el CD-XA, que añade información de
audio comprimida junto a otros tipos de datos. Fue desarrollado por las
compañías Philips y Sony, punteras en cuanto a tecnología de CD se refiere.
En el Yellow Book se definen dos procesos de formato lógico para datos:
Modo 1 y Modo 2. La razón de ello se debe a que los datos de ordenador reaccionan
de una manera delicada a los errores de lectura. En los CD de audio, un fallo
de lectura en un Byte puede notarse en la calidad de la reproducción, pero en
un CD-ROM representa un riesgo demasiado peligroso como para no tomarlo en
consideración.
Por lo tanto, se ideó un nuevo procedimiento de formato que reducía el
índice de fallos a 1 Byte defectuoso por cada billón (= 1 TB). Se perdía en el
cambio parte de la capacidad de almacenamiento, pasándose de sectores con 2352
Bytes disponibles a sectores con 2048 Bytes, traspasándose 280 Bytes a la
corrección de errores, y algún otro Byte más para direccionamiento en los
sectores. Este modo de almacenamiento de datos se llamó Modo1.
Existe otro tipo de almacenamiento especificado en el Yellow Book, que
es el Modo 2. En este caso, se renuncia a los 280 Bytes de comprobación
adicionales, con los que s podrán guardar menos datos críticos; quedando 2336
Bytes útiles para almacenamiento.
La velocidad de transmisión se calcula como en los CD-DA. En principio
(CDs de velocidad simple), se leen 75 sectores por segundo, solo que en este
caso hay menos Bytes de datos útiles. En Modo 1 se dispone de 2048 Bytes de
datos, por lo que el ratio de transmisión es de 150 KB/s. En Modo 2 este ratio
es de 171 KB/s. Posteriormente, las unidades lectoras de CD-ROM se hicieron más
potentes, pudiendo aumentar estos ratios en progresión aritmética. La
clasificación que desde entonces se hace de las unidades lectoras, grabadoras y
regrabadoras de CD se explica en el apartado `2X qué?'.
Ahora, conociendo el número de sectores de un determinado CD podremos
calcular la capacidad máxima del mismo, para lo cual basta con multiplicar el
número de sectores por el número de Bytes útiles en cada sector.
Green Book
El Green Book indica la normativa a seguir en los CD-i, desarrollados
por Philips como evolución técnica del CD-ROM, a partir del Yellow Book. El
CD-i utiliza un nuevo sistema de compresión de audio denominado ADPCM (Adaptive
Delta Pulse Code Modulation), que permite incluir en un solo disco más de 20
horas de sonido en calidad monoaural (2 en calidad estéreo). También permite
que el audio, el vídeo, y las pistas de datos se entrelacen en el disco, de
manera que puedan ser combinadas por el PC al más puro estilo de la
`stravaganza multimedia'.
Entre sus otras capacidades, el standard del Green Book permite datos
ocultos en el área inicial usada por la tabla de contenidos. Debido a que los
CD-DA bajo el Red Book no intentan reproducir la información situada en el área
de pre-datos, colocarlos aquí según el standard del Green Book previene el
problema del track 1 Este método de grabación es naturalmente monosesión, por
lo que funciona correctamente incluso en unidades de lectura que no ofrecen
soporte para discos multisesión. Esta particularidad en concreto ha decantado a
muchos editores de publicaciones en CD por este formato, ya que, al estar el
área de precarga más próxima al centro del disco, sufre menos riesgo de ser
dañada, por lo que garantiza una mayor integridad de los datos.
Orange Book
El Orange Book es el libro que describe los requerimientos y las pautas
de los sistemas de grabación de discos compactos. El anteriormentemedio de
sólo lectura se convierte ahora en medio de una sola escritura,
permitiendo a los usuarios la creación de sus propios CDs. Presentado en 1992,
el standard representado en el Orange Book introducía por completo la
tecnología multisesión. Esta tecnología supone que un mismo disco pueda
contener información grabada en él a lo largo de diferentes momentos dispersos
en el tiempo (sesiones). Cada sesión tiene su propia zona lead-in, y su tabla
de contenidos.
Desarrollado conjuntamente por Philips y Sony, el Orange Book define
tanto la estructura física de los CDs grabables como las diversas partes que
deben incluirse en el área de datos de los mismos. Estas áreas son: área de
programa, que recoge la información que debe almacenarse en el disco, un área
de memoria de programa, que incluye información sobre todas las pistas del CD y
sobre todas las sesiones que contiene, las zonas de carga y descarga (lead-in y
lead-out) y, por último, una zona de calibración de la potencia del haz
grabador láser.
Blue Book
Es el más reciente de los estándares de CDs, y fue publicado en
Diciembre de 1995. Presenta los CD multisesión estampados, que resuelven el
problema de compatibilidad de la pista 1. El standard Blue Book necesita que la
primera pista de un CD multisesión siga el standard Red Book de audio. La
segunda sesión, que es invisible para los reproductores de CD audio comunes,
contiene información para ordenador. Los lectores de CD que siguen el standard
Blue Book de manera correcta pueden leer ambas parte de los discos: sonido y
datos. La tecnología en que se basa el standard Blue Book se conocía al
principio con el nombre de CD-Extra.
En los discos CD-R, un láser escribe el patrón de información en una
capa de tinte orgánico, variando irreversiblemente sus características ópticas.
Gracias a su alta reflectividad, el disco CD-R satisface plenamente las
especificaciones originales para CD, y todas las unidades CD-ROM pueden
leerlos. Además, su bajo coste hace del CD-R un medio de almacenamiento
extremadamente ventajoso, gracias a su coste de cerca de 15 Ptas. por MB.
Además, gracias a su característica de una única escritura, los discos CD-R son
un medio de archivo legalmente aprobado en muchos países.
La aparición del sistema CD-RW apareció prácticamente como respuesta a
la demanda de los usuarios de CD-R. Éstos reclamaban un medio, compatible con
el CD-ROM, donde se pudiesen grabar y borrar los ficheros varias veces, sin
necesidad de utilizar diferentes CDs cada vez.
Tecnología de cambio de fase
En su estado original, la capa de grabación de un CD-RW es
policristalina, durante la escritura, un haz láser calienta selectivamente
zonas del material de cambio de fase por encima de las temperaturas de
licuefacción (500-700ºC), así que todos los átomos en esta área pueden moverse
rápidamente en el estado líquido.
Entonces, si se enfrían lo suficientemente
rápido, el caótico estado líquido es congelado y se obtiene el denominado
`estado amorfo'. Si el material fase-cambiante se calienta por debajo de la
temperatura de fusión, pero por encima de la temperatura de cristalización
(200ºC), durante el tiempo suficiente, los átomos vuelven de nuevo a un estado
ordenado. Los estados amorfos y cristalinos tienen diferentes índices de
reflectividad, y pueden ser ópticamente diferenciables. En el sistema CD-RW, el
estado amorfo tiene una reflectividad menor que las zonas cristalinas y, durante
la lectura, esto produce una señal similar a la de un CD convencional. La capa
fase-cambiante consiste en un sustrato de policarbonato en el que se sitúa un
grupo de capas (normalmente 5).
CD-R y CD-RW: funciones diferentes
El CD-RW no va a ocupar el lugar del CD-R, sino a realizar aquellos
trabajos para los cuales el CD-R no es la mejor opción. En otras palabras, los
discos CD-R y CD-RW existirán los unos junto a los otros: el CD-R es un sistema
de una única escritura, económico y capaz de ser leído en cualquier unidad
lectora. El CD-RW, por otra parte, puede ser reescrito, y leído por unidades
MultiRead.
Tras la aparición de los sistemas de grabación de CD basados en IDE, las
perspectivas de este sector se han revolucionado por completo.
Cada una de las grabadoras analizadas es capaz de contemplar una serie
de condiciones preestablecidas a la hora de generar el Cd final, por lo que,
precisamente, un punto a tener muy en cuenta es la cantidad de estas normas que
soportan. Debido a que la tecnología de grabación evoluciona de forma paralela
a los dispositivos lectores, vamos conociendo palabras como ISO-9660, XA,
Video-Cd.
Cada una de estas palabras nos dirige al denominado Libro Naranja, un
compendio de requerimientos a cumplir por los fabricantes de dispositivos para
poder lucir en sus cubiertas anagramas de las normativas contenidas en el
mismo. De hecho, en ocasiones nos encontramos con que este tipo de unidades de
grabación no soporte todos los formatos conocidos, con lo que tras su compra
nos encontramos que no es lo que esperábamos
En principio, la norma ISO-9660, en donde encontramos hasta un total de
3 variaciones, nos permite generar discos convencionales, en los que es posible
aumentar el numero de caracteres habituales de la FAT hasta un máximo de 64.
Las dos variantes más utilizadas a raíz de la presentación de Windows 95 son
Joliet (que solo permite nombres largos bajo Windows 95) y Romeo (optimizada
para poder leer los discos generados por ella tanto con Windows 95 como con
NT).
Posteriormente, apareció el soporte XA, que permitía la incorporación de
pistas de datos y audio en un mismo soporte. De ésta se creó una segunda
variante, un conjunto de pistas con datos y audio de forma segura, aunque no
podían ser leídos en un lector de CD Audio.
Como solución a esta imposibilidad de reproducir las pistas de audio
normales en los reproductores de Cd Audio, se creó el estándar Enhanced Music
CD, conocido también como CD plus, en donde las pistas de audio y datos son
almacenadas como sesiones distintas, pudiendo escucharse este Cd´s en los
equipos de audio normales.
Tras estos formatos han ido apareciendo modificadores de información,
como pueden ser CD-i, Video-Cd, Photo-Cd u otros formatos que, partiendo del
estándar ISO 9660, han desarrollado características particulares, aunque la
verdadera revolución no llegó hasta la aparición del IPW (Incrementa Packet
Writer). Este nuevo formato permitía realizar grabaciones de una sola pasada,
con un ahorro efectivo de espacio en disco, al utilizar bloques mucho más
pequeños y realizar modificaciones de los contenidos sin estropear los
contenidos anteriores.
Regrabadoras de CD
Existen en el mercado varios tipos de grabadoras de CDs, pudiéndose
distinguir fundamentalmente dos grupos: doméstico y profesional. El grupo
doméstico será el compuesto por las unidades grabables y regrabables
individuales, que necesitan forzosamente su instalación o conexión con un
equipo informático. Los sistemas profesionales, por su parte, suponen la
respuesta de la industria de hardware para las pequeñas y medianas empresas que
necesitan de manera regular editar pequeña tiradas de CDs, y quieren hacerlo sin
dejarse en el intento una buena cantidad de dinero.
Por tanto, el segmento
profesional estará formado por sistemas de grabación con posibilidad de
realizar grabaciones paralelas (varios CDs al tiempo); e incluso de manera
autónoma, es decir, sin necesitar conexión con un ordenador.
DVD-ROM
La especificación DVD según algunos fabricantes, Digital Vídeo Disc,
según otros, Digital Versatile Disc-, no es más que un nuevo intento por
unificar todos los estándares óptico-digitales de almacenamiento, es decir, cualquier
sistema de grabación que almacene imágenes o sonido. DVD abarca todos los
campos actualmente existentes, por lo que, si llega a implantarse, un mismo
disco DVD podrá utilizarse para almacenar películas, música, datos
informáticos, e incluso los juegos de consolas.
Cuando allá a principios d los ochenta Phillips y Sony presentaron al
mundo el famoso compact Disc, con tecnología absolutamente digital, comenzó una
lenta pero imparable revolución que ha cambiado radicalmente el mundo de la
informática, la imagen y, por supuesto, el sonido. Una de las primeras y recién
extendidas aplicaciones del entonces recién nacido compact disc fue el
almacenamiento de hasta 74 minutos de música el conocido cassette.
La ventaja del invento eran muchas: primero la reproducción era totalmente
digital, con lo que la calidad de la música rozaba la perfección con nada menos
que 44,1 Khz de muestreo. Además, la superficie del disco no sufría ningún
desgaste por un uso prolongado, al no existir partes mecánicas en contacto con
él, como ocurre en los discos de vinilo y casetes.
Por ello, la duración del CD
de música era prácticamente ilimitada. Tampoco podemos olvidar el bajísimo
coste de producción, la rapidez y facilidad de grabación que supuso frente a
los métodos originales.
Por estas razones y por triunfar en el mundo discográfico, se comenzó a
extender su uso en los ordenadores personales. Hablamos a finales de los
ochenta, cuando los discos duros de los ordenadores que se vendían no superaban
los 200 Mbytes, entonces aparece un soporte capaz de almacenar hasta 650 mbytes
de datos.
Esto conllevó un cambio radical en la informática personal de esos
años, más aún una vez que, ya entrados en los noventa, los lectores de CD-ROM
situaron su precio a unos niveles aptos para ser incluidos de serie hasta en
los ordenadores de bajo coste. Pero tampoco podemos olvidar otros usos como el
CD-i un desarrollo de Phillips diseñado para contener obra multimedia y
programas domésticos interactivos, o el vídeo CD y LaserDisc, dos formatos que
sufrieron un severo batacazo en el mercado debido a su escasa aceptación.
La informática es una enorme industria que no cesa de innovar y, junto
con el aumento de prestaciones de los modernos PCs, la capacidad de los discos
duros a varios gigas y la asombrosa cantidad de espacio que precisan las
creaciones multimedia y
juegos de última novedad, los 650 Mbytes de clásico CD comenzaron a
quedarse permite extraer la información que contiene ese disco.
pequeños. Esto ocurrió justo cuando el CD-ROM vivía uno de sus mejores
momentos, ya que las grabadoras de CD habían reducido su precio hasta resultar
asequibles al usuario doméstico e incluso se había extendido el CD-RW
(reescribible).
En este momento es cuando aparece en escena un nuevo formato, el DVD
(Digital Versalite Disc), que comenzó a ser investigado allá por el 95 y que
más que un nuevo sistema es una mejora o evolución del actual disco compacto.
Inicialmente fue concebido como el sustituto de las cintas de VHS, pues ofrece
mayor calidad y unas excelentes cualidades que podemos ver en el apartado
dedicado al vídeo.
Pero igual que ocurrió anteriormente con el disco compacto, pronto se
aplicó a la informática pro su enorme atractivo; la impresionante capacidad de
almacenamiento. Esto no quita otros empleos, como el almacenamiento de sonido.
Las diferencias externas con respecto al un CD convencional son nulas,
ya que un disco DVD cuenta con el mismo tamaño, un grosor algo más fino pero
muy similar, así
como un color y aspecto prácticamente igual. Las verdadera desigualdades
hay que buscarlas en el interior del disco. Para empezar el aumento de la
capacidad de almacenamiento tiene una explicación muy simple.
Un CD
convencional almacena la información circular, accediendo a ella secuencialmente, desde la parte
interior del disco hacia el exterior. Dentro de esa pista encontramos diminutas
hendiduras realizadas sobre la capa de metal por un rayo láser que son las que
marcan los 0 y 1. La lectura e interpretación de esas hendiduras gracias a la
reflexión del rayo láser de baja potencia
Pues bien, la diferencia con el nuevo DVD es que la separación entre
cada pista circular es menor, así como el espacio ocupado por cada una de esas
hendiduras del disco. Hablando en cifras, podemos comparar las 1,6 micras de
separación entre pistas que posee el CD convencional frente a las 0,74 del DVD,
o que el tamaño de la marca realizada sobre la superficie pasa de ocupar 0,83
micras 0,4. Asimismo el láser, que ya no emplea luz infrarrojos sino luz roja,
posee una menor longitud de onda, que además es variable con el objetivo de
poder enfocar diferentes capas de información.
Pero aparte de las evidentes ejoras conseguidas en el almacenamiento
físico de los datos, existen otras dos técnicas que permiten aumentar aún mas
la capacidad del DVD. Así, contamos con la posibilidad de almacenar información
en las dos caras del disco y disponemos de dos capas diferentes por cada cara.
Pero vayamos por partes. En un disco DVD convencional podemos almacenar hasta
4,7 Gbytes, pero si se graba por las dos caras alcanzaremos justo el doble, es
decir, los 9,4 Gbytes. El mayor inconveniente de esto reside en que con los
lectores actuales nos tendremos que tomar las molestias de dar la vuelta al
disco si queremos acceder a la segunda cara.
La otra posibilidad que antes comentábamos en mucho más cómoda, consiste
en dotar al DVD de dos capas distintas, la primera de ellas, semitransparente,
almacenar los 4,7 Gbytes, más una segunda capa situada detrás de la principal
que es capaz de almacenar otros 3,8 Gbytes adicionales, con lo que el espacio
total se sitúa en los 8,5
Gbytes. Sin embargo, hay una última opción que consiste en combinar las
dos técnicas, doble cara/doble capa, con lo que obtendremos los prometidos 17
Gbytes. En conclusión, un tamaño suficiente para almacenar hasta 26 CD-ROM
convencionales.
Los lectores DVD-ROM son tremendamente polivalentes, ya que son
totalmente compatibles con los formatos de CD-Rom, incluido el CD de audio.
Además, son capaces de reproducir las películas DVD-Video con unos mínimos
requerimientos técnicos. Esto supone que resulta mucho más barato preparar
nuestro ordenador para ver películas en DVD que comprar uno de los DVD-Video,
cuyos precios aún están lejos de resultar asequibles.
La velocidad de la que parte el DVD-ROM es equivalente a la de un lector
de CD-ROM 10x convencional. Esto significa, por ejemplo, que un lector de DVD
2x, obtendría teóricamente unos 3.000 Kbytes por segundo leyendo datos desde un
disco DVD.
Lo que sí ha cambiado sustancialmente son los tiempos de acceso, las nuevas
unidades DVD-ROM ofrecen unos mejores tiempos de acceso frente a los
tradicionales lectores de CD-ROM, avance lógico dado que han de buscar
información en un verdadero mar de datos.
La interfaz SCSI prácticamente desaparece del panorama DVD, fundamentalmente
por el eminente enfoque doméstico que aún tienen los lectores DVD y porque las
últimas interfaces IDE Ultra DMA/33 cumplen sobradamente con las necesidades de
ancho de banda de este tipo de periféricos.
DVD-RAM
El concepto es tan simple como el disponer de un disco escrito en
formato DVD, regrabable más de 100.000 veces y con una capacidad de hasta 2,6
Gbytes por cara. No obstante, el principal problema que nos encontramos
actualmente con los discos DVD-RAM es su incompatibilidad con los lectores
DVD-ROM existentes. Así, en primer lugar, los discos se encuentran dentro de
una carcasa protectora que recuerda mucho a los antiguos caddy de las primeras
unidades CD-ROM y, en segundo, el sistema empleado para almacenar los datos
difiere del usado en los discos DVD normales.
La capacidad máxima por cara del actual DVD-RAM se sitúa en los 2,6
Gbytes, la razón de esta diferencia respecto al DVD-ROM y sus 4,7 Gbytes la
encontramos en las características internar necesarias para que sea posible la
regrabación de un disco. En estos momentos nos encontramos en el mercado dos
tipos de discos, el llamado <Type I> y el <Type II>. La diferencia
entre ellos es muy sencilla. El primero es capaz de almacenar hasta 5,2 Gbytes,
a razón de 2,6 Gbytes por cara. Mientras tanto, el segundo tipo sólo alcanza
los 2,6 Gbytes (emplea una sola cara), pero puede ser retirado del cartucho
protector para ser introducido en un lector DVD que soporte el formato DVD-RAM.
Método de Grabación de DVD-RAM
Los discos DVD-RAM están divididos en veinticuatro zonas circulares,
separadas entre sí por unas marcas de solo lectura empleadas para permitir una
rápida localización de la información almacenada. La distancia entre marca y
marca es exactamente la misma, lo que significa que todas, estén en la parte
interior o exterior del disco, almacena exactamente la misma cantidad de
información. Estas marcas son apreciables a simple vista al observar un disco
DVD-RAM y se diferencian claramente del esto de la superficie del disco.
El método empleado podría traducirse como <material de cambio de
fase>. Este material, utilizado en los discos DVD-RAM, posee unas moléculas
que pueden tomar dos estados: cristalino o amorfo. En cada uno de los estados,
el material posee distintos niveles de refectividad que son detectado cuando
leemos el disco.
Cuando se desea grabar datos, el láser recorre la superficie elevando la
temperatura de forma variable, cambiando así los estados de las moléculas y
creando zonas en estado cristalino/amorfo que, al final, diferencian los estado
0 y 1 al código binario. Para que el material alcance el cambio de estado, el
láser ha de llevarlo hasta el punto de fusión situado en los 600º C, tras el
cual, las moléculas adquieren el estado amorfo cuando son enfriadas
repentinamente. Ahora, la estructura posee una baja reflectividad que será
detectada durante la operación de lectura. Para borrar esa zona y devolverla al
estado original, el láser ha de superar los 350º C y disminuir la temperatura
de forma progresiva, con lo que el material recuperará el estado cristalino.
Este dispositivo no puede superar los 2,6 Gbytes, primero por la propia
estructura dividida en zonas resta un espacio significativo; después, la
longitud empleada por los bits de información es casi el doble que el usado en
los DVD-ROM, al igual que ocurre en la separación entre las diferentes pistas
que componen el disco.
Como ventajas los DVD-Ram ofrecen el sistema de giro ZCLV (Zoned
Constant Linear Velocity), que mantienen constante la velocidad de giro del
disco en cualquier parte del mismo. También exhiben los mismos parámetros en lo
que se refiere a longitud de sectores, código de modulación, longitud de onda
del láser y sistemas de corrección de errores que el DVD-ROM tradicional.
A nivel de sistema de archivos, los nuevos DVD-RAM son muy polivalentes,
ya que permiten la grabación de particiones FAT 16, FAT 32 o el mas indicado
para estos soportes: el formato UDR. Cada uno de los formatos tiene sus
características propias, aunque el más indicado, y con el conseguiremos obtener
los mejores resultados en cuanto a capacidad de almacenamiento, parece ser el
UDF.
Pero para empezar a trabajar con nuestro DVD-RAM tendremos que tener, al
menos por el momento, una controladora SCSI, ya que aún no están disponibles
estos periféricos en formato IDE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario